EL MANANTIAL

LO QUE LEO…

El Manantial (The Fountainhead), Ayn Rand

No se puede vivir sin amar.-Malcolm Lowry.

Traigo a colación la cita de Lowry, porque si hay algo que es la base de la filosofía de este libro es amar sobre todo, sin sacrificios ni debilidades, amar simplemente. Y esa es la moraleja de la obra magna de la ruso-americana Rand.

El Manantial, su obra clásica convertida en película y filme de culto entre la elite arquitectónica narra la historia de un hombre con complejo de Salvador: inquebrantable, incorruptible, inamovible, inconmovible. Todo leve signo de humanidad lo limita como mesías de una ciencia-arte que levemente te quiere inculcar como ser un Dios: la arquitectura; ya bien lo dijo Octavio Paz “…es la historia de la humanidad escrita en piedra” , y Howard Roark quiso ser ese supremo historiador.

Rand nos relata la historia, pesares, triunfos y caídas, del nunca graduado arquitecto Howard Roark, en su constante lucha contra un mundo que lo ve como un demonio, por predicar el poder de uno, contra de sus rivales que son muchos y que a medida que avance la novela terminarán siendo uno solo: Ellsworth Toohey,: líder sindicalista representante de todas las debilidades de un mundo en el que cual para él, el ideal es el conjunto, la comuna y la sociedad, denegando así el valor independiente de cada persona como único y feroz punto de partida hacia la realización individual.

Una novela de dioses en pugna, de personajes inolvidables, feroces, que, porqué no decirlo así, actúan más como fantasmas de personajes, ya que son simples representaciones humanas, ficticias de cada una de las partes más importantes de la filosofía objetivistas de Rand. Una verdadera novela filosófica de nuestros tiempos, veterana de la realización personal y el triunfo de nuestra propia voluntad incorruptible: como dioses.