Thursday, November 11, 2010
Friday, April 09, 2010
Fetiches

Las libretas Moleskine. Las mejores libretas para escribir, dibujar, narrar y hacer scrap-booking. De niño quería ser Indiana Jones y me encantaba ver el diario ese lleno de mapas, anotaciones, ligas y postales que cargaba Sean Connery durante la búsqueda del Santo Grial, y parece ser que la inspiración de estas libretas viene de un explorador algo parecido llamado Bruce Chatwin, quien las compraba de remate en Francia y luego una compañía italiana se inspiró y empezó a producirlas en masa. Llegué a ellas en un remate que tuvieron en la FIL de Panamá durante el 2007 y se han vuelto un amor de por vida.
Lolita...

Para mí, Lolita es una de esas novelas-embrión; con cada lectura mejora y va creciendo y logro apreciar más su belleza, picardía y eso que Alan Pauls llama "despresurización": el como contar un tema abyecto (la infatuación pedofílica del Profesor Humbert Humbert con la doceañera Dolores Haze) mediante un lenguaje sublime, poético. Para otros todo lo que aquí digo podrá sonar ingenuo y, aclaro, no me considero ningún experto, ni mucho menos tengo los estudios, sólo la experiencia, pasión y entusiasmo del aficionado, pero ésta es una de las tantas lecturas que puede tener la novela. También surge la pregunta ¿por qué, entonces, no tratar un tema sublime con un lenguaje sublime? Nabokov contesta en su nota al final de la edición que ahora sostengo: "pertenezco a esa clase de autor que al empezar a escribir un libro no tiene otro propósito que librarse de él". Y pasa que Lolita, como toda inspiración, es producto de un hecho fortuito que, incluso, tuvo una versión inicial con algo de justicia poética para el perverso Humbert Humbert. Como si cada libro fuera la malcriadez de una neurona, molesta e inestable que nadie sabe como manejar y que de este modo se aconducta; escribiendo de algo que se mueve muy adentro y que es incontrolable (surgen así frases manidas como catarsis, exorcismo y terapéutico, siendo mi preferida ésta última).
Cumpleaños de El Gran Gatsby.

Un día como hoy, hace 85 años, se publicó The Great Gatsby, la novela cumbre de F. Scott Fitzgerald. Qué les puedo decir, una serie de pasajes como recuerdos y uno de los pocos libros capaces de dejarme con insomnio, un insomnio de tanta belleza, donde toda descripción es microscópica y certera, donde no sobra una sola palabra ni movimiento. Superb!
Resumen de lecturas 2010
Nutriéndome de...

Campos de Londres, Martin Amis. Editorial Anagrama.
Adquisiciones Verano 2010-PARTE 2

Sí, bastante actividad por estas coordenadas...He visto bastantes cosas que– adquisidor compulsivo–se me han hecho difíciles obviar, pero ahora sí prometo no comprar más nada hasta la feria del libro o hasta que llegue la nueva novela de Alan Pauls: Historia del Pelo.... mi nuevo escritor-obsesión. En fin, aquí va la lista de lo último que he adquirido.
Poetic Noir

Lush Life, Richard Price.
¿Qué mueve desde un inicio a esos personajes de Lush Life? Al detective Matty Clark y al padre de la víctima, Billy Marcus. Qué los mueve con esa manía que sólo un golpe de suerte puede dar, un golpe como un crimen o como el encontrar al asesino que desde un principio el lector sabe quién es. Un niño busca a un padre y dos padres buscando a hijos de los que nunca se ocuparon, y que de alguna manera sutil, unidos en sus tragedias, crean una solidaridad tácita, de dolores y frustraciones ocultas.
Lush Life es el asesinato de Ike Marcus por un chiquillo "X" en una calle del Lower East Side, el lado hip, bohemio de Nueva York, cercano a ghettos; una maraña social y étnica producto de la gentrification: un barrio de inmigrantes judíos, luego barrio de latinos y chinos y ahora la sucursal de los restaurantes fusión, sex shops, poetry and comedy stand-ins, donde todos son artistas emergentes, todos tienen planes y todos son jóvenes. Es en este ambiente donde Eric Cash (alter ego del autor, judío quien se vuelve a mudar al barrio de sus abuelos con esas ínfulas de orgullo del típico soy-del-barrio) y es un personaje antipático, confundido, buscando sus cinco minutos de fama producto del asesinato de un tipo que trabajaba como bartender en el restaurante donde el actúa como manager; levantándose después de haber metido la pata varias veces, de haber fracasado al borde de la fortuna y de saber que, llegando a los cuarenta, su horizonte es más estrecho: un destino-glaucoma.
Y Price (guionista de The Wire), tiene poetas en los puertorriqueños, chinos y negros que hablan en esta novela. Un reto a la gramática y al osado traductor español que, ya me me imagino el desastre que habrá hecho digiriendo y vomitando esta novela en un idioma hostil a este slang de pronombres invertidos, neologismos y distintos matices étnicos, como pasó con otra gran novela que tuve la desgracia de leer en español: Trainspotting....la traducción la hacía más ilegible que leerla en original...En fin, traductor-traidor, como dice Javier Marías. Price se esmera con los diálogos pulidos en su salvajismo urbano, directos e intercalados por referencias poéticas al perfil del High-Rise, lo gris del cielo, lonas sobre los vestíbulos de los edificios narrados con la palabra justa, económica como un diálogo de policía. Como esos personajes de Dickens:cierras el libro y no dejas de pensar que la detective Yolonda Bello es tu vecina, encantadora y efectiva en sacar una confesión; a Matty Clark en cualquier bar buscando un one-night-stand.
Se puede sentir el olor a asfalto mojado, a las patrullas hediondas a café con donuts, sudor y ojos rojos de no dormir. A todos los mueve una adicción, obsesión, pasión o frustración. La sensación vacía de querer resolver todo cuando, sabes, ya es muy tarde. Así termina la novela, con una pizca de decepción y esperanza, un leve atisbo de, sino mejor, más estable futuro.
Thursday, March 18, 2010
Adquisiciones Verano 2010

Sí, aquí en Panamá es verano y un verano que ha traído buenos libros, claro, estando desempleado (la vana excusa de acabar mi tesis de grado) se me hace más fácil el rebuscar con mayor tiempo en las librerías. Ahora mismo las mejores en Panamá son Sanborns y Exedra Books, incluso pareciera que se han puesto de acuerdo para traer casi todo el catálogo de Anagrama (lo mejor que llega por estos lados, ni esperanzas de que lleguen Los Libros del Asteroide al istmo)...Claro, siendo fan de la literatura en inglés es fácil traer todo a esta sucursal gringa vía Amazon. Aquí va más o menos la lista de lo que he estado digiriendo:
- Esta historia, Alessandro Baricco. Ed. Anagrama (hace rato que quería leer algo de él, zas! primer libro que compro después de leer sus primeras páginas, por lo general no hay mucha plata por estos lares, así que toca apostar a ganador y comprar lo que la crítica de propone.
- La conjura de los necios, John Kennedy Toole. Ed. Anagrama. Sin palabras, hace un año estaba en Exedra y hasta que al fin me lo llevé.
- Middlesex, Jeffrey Eugenides. Quinteto Anagrama. El mismo autor de las Vírgenes suicidas y me encantan las películas de Sofía Coppola, así que por qué no referirse al autor del libro y esta, su mejor novela.
- Dos libros que aquí pareo porque son de Alianza Editorial: Adiós muñeca de Raymond Chandler y El cine según Hitchcock, de François Truffaut....Ambos en cinco dólares en una rebaja de si (la cada vez más comercializada) librería el Hombre de la Mancha.
- De Argentina (gracias Carlos!) encargué la última de Rodrigo Fresán (mi escritor favorito!) El fondo del cielo, Mondadori...Hay un artículo dedicado a él que tengo como 3 años dándole vuelta y recopilando todas sus entrevistas, reseñas e impresiones y aún no lo he ni empezado a escribir. Tenía pocas novelas de él, de cada una iré colocando un ciclo de reseñas aquí.
- Epifanía UNO: Historia argentina, de Rodrigo Fresán, colección Otra vuelta de tuerca de Anagrama....Lo encontré después de una de esas depresiones-frustración-anti tesis y salí a relajarme hurgando entre las repisas de Sanborns y fue con esto con lo que me topé. Casi me da un paro cardíaco doble, primero, de saber que lo había encontrado tan solo dos días después de haber leído sobre su reedición y segundo, el hecho de que los libros y la Gran Tura en general aún puedan causarme conatos de infarto.
- EPIFANÍA DOS: dos días después me la paso leyendo sobre otro autor que tengo en hold (Denis Johnson: poeta, ensayista, guionista de teatro, ex alcohólico y cronista de toda esa fauna borderline de drogadictos, ex convictos y traumatizados estadounidenses) y me voy a la Fuente: MOLESKINE LITERARIO, la página de Iván Thays y leo que existe dentro de la colección Otra vuela de tuerca una versión reeditada de Angels, título en español: Ángeles derrotados, del mismísimo....y....-tomo aire- lo encuentro en Exedra. No hay más que decir.
- Por Amazon pedí la tan comentada novela de Richard Price Lush Life, la cual ya me la leí y que próximamente será revisitada por este medio. Y, siguiendo mi período outsider Denis Johnson, pedí sus tres libros más importantes: Already dead, Tree of smoke y Fiskadoro.
- Por último: La casa de los encuentros, Martin Amis. Ed. Anagrama. Y un librito que me llamo mucho la atención, la portada y el precio: Amberville, de Tim Days: ositos de peluche asesinos versus unos sopranos tipo muppets dentro del cuadro Nighthawks de Hopper.
- No menos importante: otra recomendación de R. Fresán: Tiernas Criaturas, Charles Bock, Ediciones Plata, rematándose en Sanborns a medio precio.
- Y por último, brutalmente cara, pero un deber tenerlo en mi librería: La pista de hielo, Roberto Bolaño. Editorial Anagrama.
(Re)Leyendo actualmente
El valle de las muñecas no glamourosas.

Inland Empire es difícil.
Inland Empire es divertida sin serlo.
Inland Empire es pasar estados conscientes a otros más inconscientes, es fluctuar entre las varias capas de la anti-estética de los sueños-pesadillas recurrentes, sólo para despertar a una realidad que en su
supuesta normalidad es más absurda de lo que tu cerebro es capaz de fabricar mientras duermes. Es una comedia dead-pan, musical retro-campy-porrista-porno y es a la vez las muchas cosas que son clichés en Lynch y que retoma en el tema del suburbio, de la microciudad, sus ideas cruzan de una frontera a otra entre esas mismas capas: un conejo a la Donnie Darko, a la Harvey, a la Resnais que sale y entra y desaparece por una puerta barroca en una mansión que ya no son las cabañitas montañesas de Twin Peaks o los moteles de Lost Highway.
Lynch en ésta se ha vuelto más artesano, los colores pasteles han sido graduados ahora en los pixeles y sombras y texturas que generan las cámaras SD, tecnología digital light con la que se filmó esta cinta. Laura Dern vuelve, mayor, con esa voz de sutil ingenuidad como la de Betty en Mulholland Dr., atrapada con un marido celoso, mafioso escondido y paranoico con una de esas miradas tipo Kubrick, y el otro protagonista: Justin Theroux, alter ego de Lynch como lo fue Kyle McClaclan, un actor emergente y desgraciado con la misma actitud de Philip Marlowe como en su papel anterior haciendo de director de cine.

Inland Empire es muchas cosas. Retoma durante sus 3 horas las constantes obsesiones del director, y qué es una película sin obsesiones. Historia dentro de historias dentro de historias: una película maldita que parece acabar con todos los involucrados, polacos traficantes de blancas, prostitutas asesinas, las calles de L.A. Un boulevard de sueños no rotos, sino alternativos, que bien puede ser otra película que trata de casas extrañas, artistas malditos y entierros de chimpancés a media noche: Sunset Boulevard.
No sé si sea su obra maestra, pero es una maestra para otras obras de un cine povera que debe parecerse mucho a la estética dura de las películas de Pedro Costa. Y qué puede seguir después de esto, reinvención tras reinvención, pescando el gran pez, en un mar de creatividad que parece extenderse cada vez más allá de esa dimensión conocida de sus obsesiones.